miércoles, 30 de marzo de 2011

Dulce melodía

La escribí cuando un día vi a una chica hermosa. No, no se confundan. Guapas las hay a montones, hermosas hay pocas.

Vístete de traje dulce princesa
que hoy bailaremos sobre el mar,
cuando la luna el piano empiece a tocar
comenzará la noche a ser nuestra.

Mis amargas lágrimas ya no suenan al caer,
contigo mi soledad grita de dolor y agonía
mientras las almas bailan sobre nuestros pies
tu sonrisa da luz cada vez que se apaga el día.

Aún sigue sonando la más bella sinfonía
que marca el ritmo del noctuno baile,
sigamos hasta la última nota de la melodía
hasta que ese piano no lo toque nadie.

Y aunque la sangre empañe nuestros corazones
seguiré soñando que todo esto es un amor real,
y aunque llore la más hermosa de las flores
seguiré queriendo verte siempre una vez más.

Y si me ganase la muerte no dejes de mirarme
mas si esta fuese mi última noche ver tus ojos pediría,
pues en este hermoso paisaje la luna pone la música
pero no soy yo, amada mía, sino tú la que pones la poesía.

La cueva del último borracho

Bienvenidos a mi blog. Aquí colgaré lo que se me vaya ocurriendo en formas de poesías, relatos y demás cosas. Esto no es un diario (bastante tuve con el de Ana Frank), sino un lugar donde leer las historias de un idiota. Bienvenidos a mi blog, pasen y tomen asiento en "La cueva del último borracho"