jueves, 15 de septiembre de 2011

La herida del mendigo

El ritmo de mi mundo sigue al de mi corazón
aquí las calles no están habitadas por nadie,
cada día es una lucha a muerte contra la razón
acertar en una elección por tantas otras que falle.

He hecho de esto un mundo de miedo y locura
dentro de esta sensación no habrá quien me pare,
por cada segundo que pase surge una nueva duda
que hará de esta vida vacía mi último baile.

Hoy las palabras de amor ya no me salen de dentro
aisladas por las vías que alimentan mi sufrimiento,
hoy, quiero disparar lágrimas sobre tu regazo
hoy, quiero sentir la piel del más amargo abrazo.

Sólo con mi soledad anclo este barco en tierra
solo soy un mendigo más al que nadie comprende.
Sólo con mi soledad ahogo mis penas en esta acera
solo soy un mendigo más que ya nada entiende.

Hace tiempo que la felicidad está perdida
andará en cualquier esquina en silencio.
Hace tiempo que la felicidad me esquiva
andará buscando a cualquiera que la ame.

Caminaba por aquellos jardines del desconcierto
sin saber que mi alma divagaba congelada y herida.
Mi ángel de la guarda se alejaba por momentos
ignorante yo sin saber que esa era su despedida.