Este título no
lo he puesto para retarte a serlo, sino para avisarte. Seguramente ya sabrás
que cualquiera puede ser un hijo de puta… Incluso puede que tú ya lo seas.
Bien, a lo que
voy que me disperso: las personas con diversidad funcional también pueden
serlo. Ea, ya está dicho. Es más, tenemos más motivos porque guardamos mucho
rencor.
Ahora en serio.
Al hablar de personas con diversidad funcional automáticamente salen los
prejuicios: pobrecito, tiene que estar mu triste, seguro que es un cacho de
pan, una persona que sufre así no puede ser mala gente, vamos a tratarlo como
un niño pequeño, con lástima…
Pero no, los
hijos de puta son personas y las que tienen diversidad funcional también son
personas.
Ya está, no
tengo más que decir. Solo eso: que cualquiera puede ser un hijo de puta. Menos
los que venden higos, esos son santos.