viernes, 1 de abril de 2011

La voz de la soledad

Me siento solo desde que te marchaste. Ya nada es igual. Cómo olvidarte si cada atardecer tu voz teje sus redes en mi mente. El viento hace sonar la más hermosa melodía sobre mis oídos. Ya no sé como escapar de este pozo de soledad si la eternidad se convierte en oscuridad ahogando en alcohol y locuras mis sentidos. ¿Cómo se puede vivir sin todo aquello a lo que amo? No están tus palabras y mi camino viste de amargura. Desde que te fuiste perdí la cordura, la noche me atrapa en sus engaños. Ya se me olvidó lo que era soñar, más mis sueños quedaron atrapados en tu bosque de promesas. Aprendí a escapar de las princesas que te muestran las bellezas de cada estrella. Me siento solo, más eso ya nada importa. Mis cicatrices ya son parte de mi piel y mi corazón está cosido con el hilo del perder. Y aunque siga ciego he aprendido a ver y saber que nada es para siempre. Y ahora sé lo que se siente al estar abandonado, más si a mi lado habita la desesperación de saber que nunca más volverá a sonar tu canción. Pero por fin, lo que nunca supe explicar ahora lo entiendo. Triste final para un triste comienzo.

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