En la trasparencia
del agua cristalina
llegué a ver mil
colores,
tantos como caballos
aupaba el viento de
la cala,
entre ola y ola sobre
mis pies
un ‘adiós’ se
dibujaba
en la comisura de mis
labios,
un ‘adiós’ tan
pasajero
como lo que dura una
calada
con los ojos
entreabiertos.
En la transparencia
del agua cristalina
vi paz, nubes,
lluvia, pájaros,
vi hasta el vuelo de
una ballena
que llegó a rozar la
luna
por un eterno
segundo,
la noche bailaba
desnuda
con los ojos
inyectados en sangre,
y descubrí el fascinante
mundo
de una sonrisa
cercana
entre tanta marea.
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