Un día creé un blog con la idea de subir las poesías,
relatos y demás cosas que se me ocurriesen. En 2016 lo abandoné por… vete tú a
saber. El caso es que hoy, 6 años después, lo resucito. Ha tardado más de tres
días, pero ni es Jesucristo ni esperéis milagros.
Comenzaré a escribir lo que me venga en gana, siempre en torno al arte, a la crítica social y a la psicología si es posible. No esperes nada bueno de mí, es la única forma de que pueda aportar algo positivo.
Te invito a entrar en esta cueva y tomar asiento. Hay una hoguera hecha con trozos de la vida para calentarnos la piel. Prometo compartir la botella para calentarnos el alma y, si a vuestra merced le complace, compartiremos también ideas para crecer.
Bienvenido a un lugar donde no caben las despedidas hasta que salga el sol.
Bienvenido a ‘La Cueva del Último Borracho’.
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