miércoles, 25 de julio de 2012

Dedicado para ti

Sólo sé que esto va dedicado para ti,
no me pidas versos imposibles
ni rimas perfectas.

No me pidas que termine este poema,
porque me pasaría noches enteras
sin saber cómo acabarlo.

sábado, 7 de julio de 2012

Bittersweet


Bittersweet. Agridulce. El lema de una vida que se limita a tropezar mientras corre detrás de un adiós vacío de alguien que no conoce. Detrás de una voz que desaparece con el roce del silencio. Sabor amargo mientras el viento golpea en la cara, mientras el mundo sigue girando al ver unos alegres ojos. Sólo una sonrisa. Sólo una bastará para que la vida siga teniendo sentido. Un llanto desconsolado que nos recuerde de dónde venimos, huellas que nos marquen el sendero, de comer con el enemigo, un verdugo que juega a ser testigo. 

Bittersweet. Sólo necesitaremos eso, una sonrisa y una lágrima cada noche.

miércoles, 4 de julio de 2012

Papel


El papel está mustio, triste,
llora porque le han cortado
las esquinitas y ya no vuela,
no existen versos para ella
que la eleven hasta lo más alto,
allí dónde el poeta se inspira,
no con musas, sino con el aire
que respira.

El papel grita en una gris soledad,
de tanto blanco que tiñe su cuerpo,
de tantos vivos con olor a muerto,
de tantos poemas negros
sobre desgracias y miserias.

El papel ya no quiere hablar más,
no sobre lágrimas y mentiras
de gente que no conoce,
de ojos azul cielo hermoso
que cuando lo ven no lo miran,
de manos suaves y piel tierna
que cuando lo tocan
nunca lo acarician.

El papel no quiere llorar más,
quiere volar sobre los versos
más bellos de cada día.
El papel quiere contar sonrisas
debajo de esos ojos azul cielo,
hermosos.

domingo, 1 de julio de 2012

Frío


Frío. El día era frío como ese último adiós que tanto tememos. Pero el sol brillaba dando puñetazos en la cara. Andaba yo despacio por aquel paraje de caminos hechos de piedra, fango y poco más. Ya caía el día dando sus últimos golpes. Yo seguí caminando con el mismo equilibrio con el que piensa un enamorado: de bandazo en bandazo, de pasos torpes a pasos más torpes, de recuperar el paso firme a besar el suelo demasiado rápido y de forma poco romántica. Caí. El pantalón rajado, las rodillas y los tobillos sangrando a cuentagotas, pero gota a gota perdí la cuenta. Lágrimas cálidas caían ojos abajo ordenaditas como si fuesen soldados que iban a librar la batalla de sus vidas. De repente oí pasos rápidos acercarse. Eras tú. Seguía sangrando. Te acercaste y te sentaste junto a mí. Me arropaste. Me cogiste de la cabeza y me acariciaste. Yo sólo lloraba y lloraba. Quería y necesitaba llorar. Me acariciabas el pelo. Dulce placer. No había una palabra en aquel lugar, ni siquiera un simple intento. No había más que un crío llorando al que mirabas con tristeza y con amor, al mismo tiempo. Tú me arropaste y sólo necesitaba eso. Dos hermanos, sólo eso. Cada lágrima que he llorado junto a ti, sólo es un ‘te quiero’ dicho a mi manera.