jueves, 3 de marzo de 2022

¿Es el miedo útil?

El miedo es una mierda. Una más grande que la Alhambra y con sabor a Cruzcampo. Eso para empezar. Pero para no dejarte con ese mal sabor de boca voy a ampliar un poco sobre lo que entendemos por ‘miedo’.

Existen dos tipos de miedos: el racional y el irracional. No te dejes engañar por la terminología, pues ambos son desagradables.

El irracional es aquel que, como la propia palabra indica “no tiene una razón”. Podríamos decir que es aquel miedo que no tiene un origen específico o una explicación lógica. Por ejemplo: el miedo a las arañas, a los espacios cerrados o a salir a la calle. Son miedos muy agresivos que en muchos casos se tratan de fobias.
 
Por otro lado tenemos el miedo racional: es aquel que sí tiene una explicación lógica. Por ejemplo: tienes miedo de acertarte a un acantilado por la posibilidad de caer y matarte, tienes miedo a la velocidad en carretera por la posibilidad de tener un accidente; o tienes miedo de comerte un kebab por la más que posible cagalera que tendrás al día siguiente.
 
Y es en este segundo tipo de miedo que hay algo “positivo” si metemos el bisturí en él. El miedo nos avisa de un peligro y en muchas ocasiones nos protege de sufrir. Joder, no me puedo creer que esté diciendo esto. Pero sí, el miedo en ocasiones es útil.
 
En un libro llamado “La sabiduría de las emociones” leí una comparación sobre el miedo. Decía así:

“El miedo es como esa luz del coche que te indica que te estás quedando sin gasolina. El problema no es esa luz y no desaparecerá por taparla, el problema es la gasolina”.

Y sí, reitero que el miedo es un incordio mayúsculo, pero detrás de él hay una especie de “mensaje” que nos habla sobre nosotros mismos. Como en el caso de la gasolina. Quizá tengas miedo de perder a tu pareja, pero esa es sólo la “luz” que indica que tu problema es que no sabes estar solo. Quizá tengas miedo declararte a una chica porque esa “luz” indica que tu problema es ser rechazado. 
 
Me duele decir esto, pero el miedo en ocasiones es sólo el mensajero que nos habla de nosotros mismos. Porque, como dijo un poeta de melena reluciente y barba nórdica que no soy yo, “nadie me desconoce mejor que yo”.
 
Lo mejor es que te leas “La sabiduría de las emociones” para entender desde otro punto de vista las emociones del ser humano.
 
Ya lo dijo Fito y Fitipaldis:

“Lo que admiro son las flores que crecen en la basura”.

Mira en la basura de tus miedos. Quizá no sirva de nada o quizá te conozcas un poco mejor.
 
O no, yo que sé… Si de lo único que estoy seguro de todo esto que he escrito es la primera frase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario