viernes, 24 de febrero de 2012

Lágrimas bajo las ojeras

Y esas ganas de llorar. Esa necesidad de soltar lágrimas por doquier. Esa imperiosa necesidad de sacar toda la mierda de dentro, estrellarla contra la pared y decir: “mira, esa es mi vida. Ayúdame a limpiarla”. Pero te manchas las manos de mi miseria y de mi interior brota el asco hacia mí mismo. Y llorar, esa necesidad de guardar lágrimas bajo las ojeras por si algún día las necesito. Que llueva, que truene y que me atropelle el viento con mala ostia. Porque algún día empezaré a sangrar por la nariz y no parará la hemorragia, caeré, me partiré dos costillas y gritaré en silencio. Y mientras mojo la arena con los pies leeré en las estrellas la palabra “gilipollas”. Volveré a caer y me partiré otra costilla más. Y en lugar de pedir ayuda me quitaré la camiseta y limpiaré mi nariz de sangre. Me entrará frío y en lugar de pedir abrigo me daré puñetazos en el estómago para entrar en calor aún a costa de hacerme más daño, partiéndome otra costilla. Y vendrán a mí esas ganas de llorar que hará que en mi boca se mezclen lágrimas y sangre. Y en lugar de pedir ayuda me arrancaré la piel porque me siento agobiado. Descubriré que ya no quiero limpiar las paredes de mi mierda, prefiero tirarlas a cabezazos para no enfrentarme a la realidad, aún a costa de hacerme más daño y partirme otra costilla. Y que vengan a mí esas ganas de hundirme y llorar. Yo solito en esa esquina donde nunca va nadie. Con ese olor a vida quemada. Allí sentado, con las costillas rotas y el alma anestesiada de tanto ajetreo. Allí estaré, sentado solito en esa esquina donde nunca va nadie.

5 comentarios:

  1. Aunque creas que no, aunque quede una gran conversación pendiente, creo que soy capaz de entender lo que hay detrás de todas estas palabras.

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    1. Si realmente entiendes todo esto te adoraré para siempre y sin condiciones. Espero ansioso LA conversación. Cuidate, pequeñaja.

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  2. Al final te habrás quedado como Robbie Williams en su videoclip, ahí sin piel, todo sangriento. Joer, la verdad es que pone los pelillos de punta. Pero cuando pasas de lo retorcido y macabro, te das cuenta de que en el fondo es algo que todos sentimos muchas veces en mayor o menor medida. Yo me parto costillas contigo, venga, pero paso de arrancarme la piel que tiene que ser asquerosísimo...

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    1. A mi es que estas cosas me gusta expresarlas un poco gore. Para darle agresividad y mala ostia. Justo como debe de ser contado.

      Partámonos costillas, no se me ocurre un mejor plan en la vida.

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    2. Hombre, a mí, por ocurrírseme, se me ocurren planes mejores, pero si hay que partirse las costillas pues se parten...

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