Morirá, ¿y qué más da?
si sólo es un gusano
en la ciudad.
si ahora la mariposa
quiere volar.
Caerá, sus alas agujereadas
por todas las lágrimas
de tanto tropezar.
la mezcla de lluvia y tierra
de sangre y piedra.
ya está harta de reinos y reinas
sin poder ser princesa.
tú tan otoño,
yo tan primavera.
preguntó el mudo a ciegas
con crisantemos en mano.
contestó con unos ojos sonrientes
mientras follaba sobre las nubes.
Me confiesa que cada hora se droga
que si no lo hace no es persona
en quién confiar.
que la gente olvida
en el bulevar.
donde poder conversar
conmigo a oscuras.
dice que ya no quiere soñar, ya no,
que prefiere correr por lo llano.
que la mariposa vuelve a su capullo
y el gusano aprende a volar.
que las hojas de sus ramas son de cemento
dice que la paz se ha suicidado.
dice que de tanto decir se ha quedado en nada
que la deje sola.
me abandona,
luna.
sin montañas sin ríos,
sin abrazos.
sin más que hacer que llorar
sin control.
de algún prado olvidado
de algún poeta.
el rastro de sus huellas
más que marchitadas.
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