Gotas de
alegría, de tristeza, de desazón. Lloviznas de melancolía, de miedo y de incertidumbre.
Grandes dosis de veneno y morfina. Segundos plácidamente eternos de sonrisas y
segundos dolorosamente efímeros de pena. Cascadas sobre nuestras mejillas de
lágrimas calientes y alguna esporádica que cae fría como el alféizar de la
ventana en invierno. Pequeñas inyecciones de realidad y grandes cantidades de
imaginación. Mentiras que caen con delicadeza como una hoja y verdades hostiles
a guantazos en plena noche en la calle más oscura de la ciudad. Migas de pan y
pan hecho migas. Cachorros que juegan a ser leones y elefantes que fingen ser
hormigas. Gotas de sangre bailando sobre los pies tras una larga caminata hacia
el desconocimiento de una vida. Amores lentos como el andar de la luna y amores
rápidos que mueren en el primer charco del verano.
Gotas de nada
y todo. Lloviznas de esas efímeras necesidades que nadie recuerda. Gotas de desgana,
de odio y de rabia. Lloviznas de felicidad, de carcajadas y de ganas. Grandes
dosis de veneno y morfina. Gotas en un mismo vaso. Así, y sólo así, igual todo
esto tenga sentido de alguna forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario