No éramos, ni sentíamos, ni mucho menos
fuimos conscientes de que respirábamos. Se nos olvidó vivir y casi nos morimos
en el error. Se intentó tanto que contábamos los días por fracasos y las
noches, frías siempre ellas, nos maltrataron con la violencia de no
corresponder nuestros abrazos. Nadie sosegó nuestro delirio cuando aprendíamos
a nadar y casi nos ahogamos en un charco de locura. Nadie. No éramos… por
momentos dejábamos de existir, por momentos volvíamos en nosotros pero de una
manera distinta. ¡Qué frío! Esta hoguera no arde, y no es por falta de cariño.
No. Espira, inspira… no, era en el orden contrario. Inspira, espira… Observemos
lo que nos rodea, abramos los ojos lentamente. Pero no olvides: inspira,
espira… Es importante. Llueve. Nos gusta el tacto de las gotas de agua cayendo
como una cascada… ¡sobre nuestra piel! ¡Já! Pero seguía haciendo frío. Y
todavía no éramos. Se nos entumecían tanto las piernas que sólo podíamos hacer
el camino con los ojos. “Sí, es por allí. Algún día, por allí” nos decíamos
mientras nuestras risas sonaban tan alto que el tronar y el galopar de la
lluvia sobre la arena pasó a ser el coro de aquella orquesta macabra. Y sin
hoguera. ¡Aaaah! ¡Se me olvidaba! ¡Inspira, espira…! Por qué poco. Casi volvemos a morir por reírnos demasiado,
que irónico todo. Si, si, si. O quizá no, ¡qué íbamos a saber nosotros sobre
nada! En su pequeño barco estarían a salvo, excepto por el detalle de que no
sabían nadar. El sol ha debido de encontrar a otros, sino no se entiende que
lleve días sin aparecer. “Deja de gritar, estás molestando al silencio” me
susurraba, sin yo haber dicho palabra alguna. Estuvimos, por un segundo mal
contado, cerca de ser. Tan, tan, tan cerca, que he escrito todo esto en primera
persona del plural. Como si yo fuera muchos, sin saber ni siquiera si era.
¡Inspira, espira…! Casi nos
vuelve a pasar.
Tas to loco iyo.
ResponderEliminarNo, en serio, qué paja mental te ha salido. Pero es bonita, ligera de leer, y me ha dejado con la respiración en modo manual. Y estoy casi seguro de que hablas de una noche de borrachera en tu cortijo, mientras quemamos cosas (ése soy yo, jodiendo la poesía)
Fran, que ya somos personas mentalmente estables. No hables de quemar cosas, eso se planea en secreto.
ResponderEliminar