Preguntas
casi sin alzar la voz,
aún
con el sabor amargo del café,
quieres
saber sobre mí, pero,
preguntas
casi sin preguntar,
y
te estancas en ese casi
como
si no quisieras respuesta,
como
si no quisieras saber sobre mí.
Dices
que sufres por no conocer mi sufrir,
dices
no dormir porque mueres de sed
por
no saber de mí y mis noches,
aún
con el sabor amargo de ese frío café
preguntas
el por qué,
pero
preguntas casi sin palabras,
preguntas
casi sin mirarme,
sin
querer respuestas,
porque
sabías que estaban escritas
en
cada uno de mis silencios.
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