viernes, 23 de noviembre de 2012

Tierras




El fango del suelo donde se reflejan sus costillas,
la partitura del silencio de sus noches,
sus casas son el cuadrilátero para las moscas,
tierras dónde sólo la muerte llena su estómago,
manantiales negros sobre los ojos de madres
que lloran con sus hijos en brazos desnutridos.

El hambre juega a perseguir las sombras
de pies que ni siquiera dejan huellas al andar,
tierras dónde hasta el amanecer está en los huesos
de dar luz a niños que mueren sin estar muertos,
azotando con el látigo la mano que les mece en la cuna
y el pecho que les da de mamar.

Tintinean sus dientes de frío al morderse las uñas,
con sus labios secos y sus gargantas en carne viva
de gritar que llenen sus platos rotos de comida,
cuando aún resuenan en sus camas vacías
el respirar del humo de lo que serán cenizas,
de esperanzas grises y podridas.

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