Quien me lo iba a decir a estas alturas
que la vida iba a ser tan dura y cruel,
seguí los consejos del ángel que nunca vi
y gané batallas cuando aprendí a perder.
Rezaba por un dios que jamás me contestó
piqué en mil ramas llorando buscando savia
buscando respuestas en cada oscuro rincón
donde se juntaban incertidumbre y rabia.
Me cansé tarde de tener que ser el bicho raro
de que cada palabra que dijese me saliese caro,
de andar con miedo para no sentir rechazo
ahogado decidí salir de mi amargo vaso.
Solo quería ser uno más aún siendo diferente
sentir cada momento y disfrutarlo como siempre
sin tener que sentir en mi piel tantas miradas
que al darme la vuelta se clavasen como balas.
La vida se vuelve aliada cuando en mi alma cava
buscando aquello que hace mucho que no encuentro,
empezaron las dudas sobre todo aquello que amaba
y encontré mis sentimientos en el vacío silencio.
Me he ganado el respeto con lucha y sufrimiento
sangrando en cada momento que me sentía mal,
el tiempo me ha dado la razón en cada aliento
ahora intento devolver las mil puñaladas por detrás.
Necias y cobardes se volvieron sus palabras
que ahora esquivo con sonrisas envenenadas,
me encontrarás cuando la caja de Pandora abras
haciendo de mis pesadillas cuentos de hadas.
Pensaba que solo pocos conocen lo que duele
ver que todo muere mientras débil te hipnotizas,
esta es la historia que demuestra que se puede
que es posible de un fracaso sacar mil sonrisas.
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