sábado, 2 de junio de 2012

Niño salvaje


Destroza su corazón entre susurros,
entre las ramitas del olivo que no dan sombra
a quién duerme entre voces rotas
que se esconden, en la lejanía del olvido.

Niño salvaje que no sabe cuidarse,
que no sabe correr en silencio
cuando el demonio asoma sus manos
las horas muertas entre el otoño y el invierno.

Sangra el sol a través de sus ojos,
en su mirada se secan los océanos.

Dentro de él se pudre la tierra,
arden las nubes desde lo lejos.

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