Libertad, esa
escurridiza quimera
que se pierde
entre los dedos.
Tiempo que
corre demasiado entre tanta lentitud
si las
casualidades bailan buscando una respuesta
que dudan
encontrar.
Ella, alegre
y de ojos canela
que da luz a
mi pozo.
Con la incertidumbre
en este cuerpo demacrado.
Felicidad,
esa quimera hostil,
esa maldita
quimera.
Embarcadero
de barcos viejos y rebeldes,
de caletas
olvidadas por los mares,
inspiración
para los poetas.
Quimeras que
duermen conmigo noche y día,
quimeras que
amo por encima de mis posibilidades.
Tú, quimera.
Yo, quimera.
Quimeras, al
fin y al cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario